Somos Ana Valdayo y Gonzalo Almenara y este es un blog creado para la asignatura de Historia Econó

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Waterloo, fin de Napoleón

Han pasado ya casi doscientos años desde que se puso fin a las Guerras Napoleónicas, periodo en el cual Napoleón Bonaparte llevo a cabo una serie de conflictos bélicos tras la revolución francesa, con el fin de dominar Europa, sueño que se vio truncado con la intervención de las tropas dirigidas por Wellington una vez que Napoleón regresa del exilio en la isla de Elba y decide invadir los Países Bajos, la batalla de Waterloo fue el boom que dio fin a las guerras napoleónicas , acabando así con las ansias expansionistas del general, hecho decisivo que cambiaría la historia.
La batalla realmente no se llevo a cabo en Waterloo, sino que se considera que fue una serie de enfrentamientos consecutivos entre el 15 y 18 de junio, día en el cual se puso fin a dichos combates.
Para frenarle se crea la séptima coalición formada por Austria, Rusia, Gran Bretaña y Prusia , reunida en los Países Bajos dichos combates dieron lugar a los denominados Cien Dias
el combate fue librado por las tropas de Napoleón frente a las tropas británicas, holandesas y alemanas dirigidas por el Duque de Wellington y el ejército prusiano del Mariscal de Campo Gebhard Leberecht von Blücher, en junio de 1815.

El día 15 de junio por la mañana, el destacamento de Reille alcanzó Marienne comenzando la primera batalla con los destacamentos de Ziethen. Al día siguiente, el dieciséis, los franceses se enfrentaron a los británicos en Quatre Bras encabezados por el duque de Wellington, mientras que Bonaparte luchaba en otro frente en Ligny contra los destacamentos prusianos encabezados por el general Blücher, ganando en poco tiempo la batalla. Ya entonces, el mariscal Grouchy fue enviado por Napoleón para perseguir a los prusianos que contaban con 30.000 soldados para que no llegaran ni a reunirse ni a reagruparse de nuevo. Poco tiempo después, el duque de Wellington movilizó a sus tropas y se refugió en una granja del Monte Sant Jean, cerca de Wellington, provocando que las tropas francesas cambiaran su situación estratégica con una nueva dirección. La retirada de los aliados de la coalición al mando de Brujee, obligó a perseguirlos con 30.000 hombres, un tercio de las tropas de Napoleón

A las 15 horas, en Charleroi, llegaba el 3º Cuerpo donde ocurrieron algunos errores militares provocando así que, el propio Bonaparte se personalizara rápidamente en aquel lugar enfrentándose a las tropas prusianas que contaban con dieciséis mil soldados.

El tiempo meteorológico no acompañó durante los últimos días previos a la batalla de Waterloo, y se esperaron fuertes lluvias y neblina, lo cual no ayudó durante las batallas previas, como la de Wavre. Las tropas británicas iban avanzando hacia la costa bajo el sonido de las gaitas escocesas.

El diecisiete de junio, los británicos se instalaban en lo alto del monte Sant Jean ocupando el bando derecho. Estos junto a los belgas y los holandeses, esperaron hasta el último momento la llegada de los prusianos. Mientras, Napoleón se estableció en otra franja de la zona para proyectar el ataque.

La gran mayoría de los aliados y las tropas de Napoleón se encontraron frente a frente. Todos esperaron que Francia empezara el enfrentamiento y Wellington, siempre pendiente de un reloj que marcaba la hora exacta de los enfrentamientos, ordenó a uno de sus oficiales que se fuera escribiendo en cada momento y en cada hora, lo que allí iba sucediendo.

Tras el almuerzo de todas las tropas, Wellington inicia la ofensiva contra un ataque frontal de las tropas de Bonaparte, quien comenzará a responder a señales débiles de sus tropas. La artillería francesa tenía una gran fama y era temeroso y Bonaparte pensaba que era lo mejor que tenía para ganar la batalla.

El 18 de junio, el campo de batalla era un barrizal blando de unos diez centímetros. Uno de sus mariscales, aconsejó a Bonaparte que retrasara el encuentro, pero el emperador no quiso esperar, ya que para él, “las batallas podían acabar incluso en tan solo treinta minutos”. En la gran explanada de Waterloo, se iban posicionado las tropas de la coalición esperando el avance de las tropas de Napoleón que, acordes de música francesa, iban colocándose para la batalla. Las tropas prusianas contestaron a las francesas con cánticos heroicos de su país.
Napoleón empezó abriendo fuego sobre las tropas de Wellington en lo alto de una cima del monte de St Jean . La Séptima coalición superaba en todos los efectivos a los franceses.

Catorce mil soldados se enfrentaron directamente sobre las tropas británicas, un número muy superior a la de su enemigo.
Wellington ordenó el retroceso de la caballería británica para poder cambiar su situación estratégica sobre el monte, mas tarde los británicos volvieron a utilizar la caballería y Ney atacó de nuevo sobre el bando británico mientras que Napoleón se enfrentaba entonces al prusiano, pero el atacar a la caballería sin apoyo de la infantería sería el detonante del fin de la batalla además el cansancio y el dolor iban apagando el fuero francés y cada vez van quedando menos. Hasta que Wellington y el general prusiano Blücher se reúnen en el cuartel general del emperador donde hallaran al mariscal francés Colonialé.

El fin de aquella batalla cruel y desmesurada abrió un nuevo hito en la historia de las batallas. Por su parte, Napoleón Bonaparte huye hacia Paris donde se refugiará y las tropas aliadas con Blücher le perseguirán para darle caza. 

El primer día de julio, el general prusiano entrará poco tiempo después en Versalles junto a los ejércitos de los aliados y restauraran a la familia real francesa con Luis XVIII de Borbón. El 22 de julio, Bonaparte se rinde ante sus enemigos y abdica sobre su hijo, Napoleón II que no reinaría mucho tiempo.
Napoleón es enviado el 26 de julio a la Isla de Santa Helena, en pleno Océano Atlántico, hasta su muerte.


Ana Valdayo

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